La carrera que es doble carrera. La Polla de Potrillos tiene un sabor especial. Es, no solo una de las pruebas más importante del calendario, sino que da inicio al gran sueño de la Triple Corona. American Tattoo logró ambos objetivos: se lució sobre la “alfombra dorada”, y nos ilusionó a todos con la posibilidad de tener un serio aspirante a llegar con chances de todo al Gran Premio Nacional.

Ni bien se abrieron las puertas, Gustavo Emiliano Calvente lo puso al frente al pequeño hijo de Not For Sale (438kilos), sabiendo del motor que tenía debajo. Claro, no es fácil ganar una Polla de punta a punta, pero el zaino se encomendaba a la hazaña. En el ingreso a la recta final, Imagen de Roma y As del Paraíso lo fueron a buscar al defensor del Stud Juan Antonio, y estuvieron a la par hasta que Calvente quiso: puso quinta en los 400mts el jockey de Rojas, sacó una ventaja y escapó. Pero lo mejor llegó en el último furlong de la prueba cuando Gustavo Emiliano probó la caja de sexta del criado por el Haras La Pasión y este le mostró su potencial. Velocidad, explosión y autoridad, fueron los tres pilares de un remate superlativo que lo llevó al espejo con cuatro cuerpos de ventaja.

El propio hermano de Mystery Train detuvo el cronometro en 1:32.30 para los 1600mts de arena seca. El dividendo del pupilo de Roberto Pellegatta fue de  $2.05, mediante el cual fue elegido favorito.

Así, American Tattoo se adjudicó la primera gema de la triple corona, y llegó a la segunda victoria de su campaña. Su conquista, por la manera y autoridad, fue un soplo de aire fresco para una generación que parecía estar acéfala de crack. Su futuro es enorme. Ojalá se quede en Argentina y lo podamos disfrutar.